Fotovoltaica, la energía de las ventajas
La búsqueda de un sistema energético asequible, fiable y descarbonizado a nivel global supone hoy en día el eje fundamental para luchar contra el cambio climático y garantizar el futuro del planeta desde un punto de vista medioambiental. En este escenario, las fuentes renovables se erigen como el mejor aliado porque son limpias e inagotables.
Entre ellas, se encuentra la energía fotovoltaica, que es aquella que utiliza como recurso la radiación y la luz del sol para generar electricidad. Simplificando mucho, este proceso de transformación se realiza gracias a unos dispositivos (los paneles solares) que están formados por módulos y estos, a su vez, por células fotovoltaicas.
Las células captan la energía solar, convirtiéndola en corriente eléctrica continúa mediante el efecto fotoeléctrico. A continuación, a través de un inversor, se transforma a corriente alterna para poder utilizar los equipos electrónicos y electrodomésticos que se utilizan en los hogares o los negocios.
Sus posibilidades son infinitas, desde una instalación aislada en la que la electricidad generada se destina al autoconsumo; hasta una planta que vierte la corriente generada a la red eléctrica, como si fuera una central de producción energética.
Actualmente, asistimos a una auténtica revolución en las aplicaciones de esta tecnología, que se está incorporando en una gran diversidad de elementos de uso público -transporte, iluminación urbana, cargadores de vehículos eléctricos, etcétera- y de la vida cotidiana, como pequeños electrodomésticos e incluso en prendas de vestir para, por ejemplo, cargar diferentes dispositivos móviles.
Al mismo tiempo, está creciendo de manera exponencial su aprovechamiento por parte de la sociedad en general, con un número cada vez mayor de hogares que se están decantando por el autoconsumo fotovoltaico o la aparición de figuras como las comunidades energéticas locales, donde un colectivo de personas se une para generar y compartir su propia electricidad.
Como principales beneficios de este tipo de energía renovable se encuentra, en primer lugar, que utiliza una fuente inagotable como es el sol. Además, no es contaminante ni provoca gases de efecto invernadero y es la mejor solución para lugares aislados con difícil el acceso a la red eléctrica convencional.
Otra de las ventajas es que no se ve afectada por las oscilaciones en el precio de la electricidad y sus costes asociados, ya que en el caso del autoconsumo el cliente final cuenta con una instalación de paneles solares justo encima de su tejado, lo que le supone un ahorro considerable en su factura mensual.
También hay que valorar que los costes de instalación y de mantenimiento son reducidos en comparación con otros sistemas energéticos, con un plazo de amortización de la inversión realizada que ronda los siete años, aunque puede ser menor dado los precios actuales de la electricidad, y teniendo en cuenta, además, que la vida útil de una planta solar supera los 25 años.
Finalmente, los adelantos derivados de la I+D+i están mejorando la competitividad y el rendimiento de este tipo de instalaciones, lo que permite encontrar en el mercado multitud de nuevas soluciones, como paneles fotovoltaicos que se pueden colocar en fachadas, no limitando así las posibilidades a los potenciales clientes con restricciones de espacio.